Comienza la década de los 70’, década de encrucijadas, década de represión y de caída de la dictadura. Década donde todo se movía y donde las inquietudes sociales y culturales estaban a flor de piel. La lenta desaparición de la dictadura y el proceso de transición democrática ocurrido en nuestro país favorecieron la irrupción de nuevos colectivos ciudadanos más identificados con un jazz más comprometido. Es la década donde se produce un nuevo e importante hito de la historia del jazz en nuestra ciudad como fue la constitución del Colectivo de Divulgación Cultural Jazz Freeway que así se llamaba. Grupo de amigos desde hacía mucho tiempo con un punto común, la afición a la música de jazz y el compromiso por impulsar una sociedad moderna y de expresión libre. Destacar especialmente la figura de Antonio Lora, desgraciadamente fallecido hace unos años, que realmente fue quien inoculó al grupo la pasión por la música sincopada, un grupo de personas que nació con la idea muy clara de impulsar y difundir la música de jazz, pero en un contexto totalmente diferente de cómo había nacido en su día el Hot Jazz Club de Sevilla. El nombre del colectivo “Camino libre” era ya toda una declaración de intenciones de cómo sus miembros interpretaban el fenómeno del jazz muy ligado a la revolución que años antes se había llevado a cabo en los Estados Unidos de América con el nacimiento del Be-bop, movimiento que significó una clara ruptura con la tradición establecida. Ese es el tipo de jazz que Freeway quiso impulsar y que estaba presente en todos los eventos que organizaron en esos años. Jazz de nueva factura, como contenido esencial de las actividades de difusión que impulsaron en forma de audiciones, programas de radio y jornadas y que desembocarían en el Festival Internacional de Jazz de Sevilla en 1980.



Las primeras posibilidades de Freeway se limitaron a la organización de audiciones en un local muy emblemático de la época, la trastienda de casa Damas en la calle Asunción, donde cada jueves se reunían un grupo de aficionados alrededor de un plato Maranz y unas columnas AR. Se repartía una octavilla con la música que se iba a escuchar, se oía y después se debatía. Una especie de “discoforum” de una música poco difundida y muy atractiva para el aficionado en una época de cambios, de búsqueda de lo nuevo.

Siguiendo la estela del Hot Jazz Club de Sevilla, Freeway también quiso montar un club de jazz y de hecho lo hizo como queda documentado a través de la existencia de carnet y material divulgativo del mismo (Torres, 2015). Hubo reunión de constitución en el bar La Carbonería, e incluso está documentado la existencia de un concierto de presentación en la Escuela de Bellas Artes coincidiendo con las II Jornadas de Jazz en las que actuó el saxofonista vasco Vladimiro Bas. Se llegó a constituir junta directiva y a redactar estatutos, pero la experiencia no avanzó mucho más ya que se carecía de lo más importante: un local, o el dinero para alquilarlo, tampoco había músicos en esa iniciativa por lo que el proyecto se fue diluyendo con el tiempo.

Por supuesto Freeway tal como ha sido la tradición del origen de la gente que organizó festivales de jazz en España entró en el mundo de la radiodifusión primero haciendo guiones y después dirigiendo y realizando su propio programa. La voz del Guadalquivir LVG FM fue la primera emisora temática de música que hubo en Sevilla y se hizo a imagen y semejanza de la emisora de la base americana de San Pablo. Esta aventura la iniciaron y continuaron dos personas a las cuales les debe mucho la radio sevillana, Luis Baquero que nos dejó hace tiempo y Paco Sánchez hoy jubilado, director en su momento de Canal Sur Radio y uno de los más importantes fotógrafos del mundo del flamenco. En ese momento se buscaban para el proyecto más que profesionales de la radio gente experta que pudieran aportar contenidos solventes a los diferentes ejes temáticos alrededor de la música que la emisora quería poner en marcha. En aquellos momentos Paco y Luis apostaron por contar con el Colectivo Freeway haciendo un primer programa “Estudio en Negro” en el que la colaboración era tan solo como guionistas para pasar posteriormente a “Afroamérica” el programa más importante que hizo Freeway, una hora diaria de radio comprometida con una música de jazz de vanguardia reflejo de una libertad de expresión que finalmente provocó su propio final. El día después de los últimos fusilamientos de Franco después de los consejos de guerra, el programa Afroamérica solo puso la música de Miles Davis del disco Ascensor para el Cadalso, banda sonora de la película de Louis Malle y como guion poemas en contra de la pena de muerte de Bertolt Brecht. Teniendo en cuenta el momento histórico en el que el hecho se produjo y que LVG era una emisora dependiente de los sindicatos verticales de la dictadura, al día siguiente el programa Afroamérica fue eliminado de la parrilla de programación de la emisora y el Colectivo Freeway expulsado de la misma. La siguiente etapa en la radio de Freeway fue en la cadena SER como guionistas del periodista Paco Lobatón en la sesión de su magazin nocturno “Trotanoches Jazz” y posteriormente en el programa “Confluencias” con la periodista Mercedes de Pablo que tuvo una influencia clara en la aparición del Festival Internacional de Jazz de Sevilla en la siguiente década.
La actividad en radio fue importante para Freeway porque permitió su presencia en los festivales de jazz más importantes de la época que tuvieron una influencia clara como elementos de referencia para el desarrollo posterior de los Festivales Internacionales de Jazz en nuestra ciudad.
Jazz Freeway y el Festival Internacional de Jazz de Cascais
Esos festivales de referencia fueron dos: El Festival de Jazz de San Sebastián el más veterano de los festivales de España con su mítica plaza de la Trinidad, pero sobre todo, el de mayor influencia el Festival Internacional de Jazz de Cascáis cerca de Lisboa. Es de destacar el apoyo de dos personas fundamentales para el desarrollo del jazz en Portugal como fueron Luis Villas Boas y Duarte Mendonça organizadores del Festival de Jazz de Cascáis desde 1971. Luis y Duarte apoyaron al Colectivo Freeway para que éstos pudieran diseñar un formato de similares características para las primeras ediciones del Festival Internacional de Jazz de Sevilla.


Jornadas de Jazz
La dictadura de Franco cae en 1976 y la actividad cultural se convierte en el espejo que refleja los nuevos tiempos en los que, con esperanza, se adentraba nuestro país. En 1979 la obra cultural de la Caja de Ahorros San Fernando de Sevilla decide dedicarle un espacio al jazz y recibe el encargo para organizarlo el Colectivo Jazz Freeway. El formato que se implementó fue el de una Semana de Jazz con una orientación esencialmente didáctica para difundir la música de jazz pero incluyendo también música en directo. El Colectivo elaboró un pequeño libro sobre la historia del jazz, se realizó un montaje audiovisual relatado por el periodista Paco Lobatón que servía de soporte visual al libro, se exhibieron películas de festivales Internacionales de gran formato y por supuesto hubo música en directo, en concreto tres grupos: uno local con músicos del Conservatorio Superior de Música de Sevilla, liderado por Paco Aguilera que intentaron tocar algo que sonó parecido a un ragtime y dos grupos portugueses que vinieron de la mano de los organizadores del Festival Internacional de Jazz de Cascáis, el saxofonista Râo Kiao, músico importante del jazz de Portugal en aquellos años con una profunda influencia de John Coltrane y el quinteto Anacrusa liderado por un trombonista llamado Aníbal de Castro que, junto a su mujer que actuaba como vocalista, se quedó con nosotros una buena temporada tocando en los incipientes locales en los que se podía escuchar jazz en directo. En este sentido hay que destacar dos: el Be-Bop situado en la calle Sol y el Violonchelo entre la Plaza de San Pedro y la Alfalfa en los que se reunían todos los días músicos locales. Allí se sitúan los comienzos de Manolo Calleja, Carlos Bermudo, Juan de la Oliva, Paco Aguilera, Jesús Espinosa, etc., junto con músicos instalados en nuestra ciudad y que fueron una escuela muy determinante para el devenir profesional de los primeros: el saxofonista norteamericano Abdu Salim, el trompetista puertorriqueño Angel “Chico” de Jesús, el pianista alemán Olaf Meyer y el ya citado trombonista indio Aníbal de Castro.

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Esta primera semana de jazz tuvo su continuidad en hasta cinco ediciones con distintos patrocinios y locales, A partir de la III edición, ya con coincidencia en el año con las primeras ediciones del festival Internacional de Jazz de Sevilla. A destacar por supuesto el fantástico concierto de Tete Montoliu en la tercera edición con nada más y nada menos que Sonny Stitt y Billy Higgins o el de la cuarta edición con la formación “Mingus Dinasty” liderada por Danny Richmond en un memorable concierto en el salón de actos del Conservatorio Superior de Música de Sevilla de la calle Jesús del Gran Poder.



Actuación del saxofonista Sonny Stitt y el trio de Tete Montoliú con Billy Higgins en la batería y Herbie Lewis al contrabajo en las III Jornadas de Jazz de Sevilla en la sala San Hermenegildo. Foto Paco Sánchez
